jueves, 18 de mayo de 2017

EL VIEJO DEL ESPEJO

EL VIEJO DEL ESPEJO




 Claro que...

claro que cuando yo me miro en el espejo,

me siento como un ser extraño,

y siempre tengo que comprobarme de nuevo,

que si, que me estoy mirando,

que si, que soy yo y no otro,

y que nadie me suplanta,

que sí, que soy yo,

sólo que soy yo, pero un poco más viejo.




 Que soy el yo auténtico, el genuino,

el pensador de ideas vanas y banales,

el escritor que apenas dice nada,

soy el legendario, el cid campeador, el beduino,

el alquimista, el altruista...

y ese soy yo

sólo que soy yo, pero un poco más viejo.



   No me sienta mal del todo,

ese look de vaquero fumador de malboro,

con ese cigarro sempiterno, siempre colgado de mis labios,

y esa boca llena de humo

y con esa sonrisa entre pícara y de que nunca rompió un plato,


  

  Ahora, delante de mi espejo mágico,

veo rasgos que reconozco, que son míos, que son propios,

veo señales de mil guerras ganadas y de mil batallas perdidas,

veo mi piel agrietada, observo que mis ojos siguen siendo verdes,

y por fin y con una sonrisa entre tímida y socarrona,

me despido de ese viejo,

de ese viejo que vive,

que vive detrás de mi espejo.

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